Para estar bien con los demás, hay que estarlo con uno mismo. Ahora que hemos llegado al tercer milenio, estamos tan acostumbrados al contacto con las multitudes, la radio, la televisión, el ordenador, que hemos olvidado como es estar solo con nuestros pensamientos.
Son muchas las personas que sienten cierto temor cuando abandonan el ajetreo diario, para internarse en los rincones de la mente.
Estamos tan habituados a que piensen por nosotros, nuestros superiores, los especialistas, los medios de comunicación, que nos sentimos perdidos en un espacio tan inmenso.
Eso hace que rehuyamos el silencio y la soledad, buscando cualquier cosa que nos distraiga.
No obstante, nuestra felicidad depende del conocimiento que tengamos de nuestras necesidades y limitaciones. Es probable, que ignoremos aspectos de nuestra personalidad, que condicionan nuestro presente.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2021 a las 04:59
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 27
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