Patria,
palabra triste como teléfono
o ascensor.
Pablo Neruda.
La palabra Patria llama a padre,
llama a referente, creador, engendrador
de ilusiones, hacedor de quimeras,
vendedor de humos que fumean
de cigarros ajenos, cigarros que eluden
la guillotina que prepara para otros,
para los engañados, los ingenuos de leche,
los errantes maternos, los echadores de menos
de unas madres ausentes, de pechos marchitos,
que portan banderas de colores desvaídos,
insignificantes —¿Qué sentido semasiológico
puede tener un surtido de franjas horizontales
o verticales de vario colorido?
La palabra Patria no llama a cultura sino a Política,
esa palabra que Aristóteles ya llevara a los altares,
esa palabra que anda de esquina en esquina
buscando almas vagantes que le tiren un ochavo,
esa palabra que si hace falta se prostituye
con el afán de poder, de un poder que solo sirve
para perpetuar en la poltrona a aquellos
que no quieren desasirse de ella por inercia,
la fuerza de la costumbre que hace vida,
transcurso, horarios diarios, rutina y tabla
de salvación para el que busca paz eterna.
La palabra Patria llama y sigue llamando a Guerra,
pero no esa guerra diaria —por eso las minúsculas—
que justifica el pan y la cama sino aquella que...
Ya lo dice arriba el premio Nóbel de todos conocido.
Es una palabra triste sí, si se malbarata, si se pretende
como acicate para que la mayoría haga lo que el patrón
desea para bien propio, para orgullo propio, para...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de noviembre de 2021 a las 08:10
- Comentario del autor sobre el poema: Hay palabras que llaman a rebaño, que pretenden ser chiflido del pastor cuando llama a sus ovejas no por su bien, sino para justificar su sueldo y su honra.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, Antonio Miguel Reyes
Comentarios2
Para mi patria se resume en esta estrofa de un poema de Jose Marti, poeta Cubano. Hombre que se adelanto a su tiempo. Gracias por compartir este tema, tan de hoy y de siempre. Placer leerte Alberto.
El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca;
Y tal amor despierta en nuestro pecho
El mundo de recuerdos que nos llama
A la vida otra vez, cuando la sangre,
Herida brota con angustia el alma;
¡La imagen del amor que nos consuela
Y las memorias plácidas que guarda!
Un saludo cordial, Alex.
Ya queda dicho todo. Un abrazo Alex,
Comparto todas tus letras Alberto.
Un cordial saludo
Me alegra Antonio. Un saludo,
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