Entre tú y yo

Lo que pensaba de amor, ya se secó,

se me fueron esperanzas en la nada

como dolor de un amor que despertó,

como la muerte en semblanzas desterrada

que expiró sus sueños que en sueños lloró.

Ya hoy no he sentido lo que sentía ayer

aunque ahora no sueñe lo que pensaba:

No tengo más dilemas para querer

aunque ahora no piense lo que soñaba.

No pensaré mañana sentir lo de hoy,

ya no tengo sentimientos para amar;

las fuerzas he perdido ¿qué extraño estoy?

Me he disuelto susurrando este cantar,

luego, soy lo que siento y digo quien soy.

Cuando me preparo para despedida

se me acabaron las fuerzas, ya no tengo.

Pues, ya no intento saber de donde vengo

porque pierdo la memoria sin medida.

Vino entre las rosas y me despojó,

no tuvo piedad, ya no tuvo ilusiones

porque quiso disolverse y se esfumó;

se ocultaba para aquellos corazones

que inmutarse podía y los arrastró.

Tú, ya pides la manzana que no muerdo

por el campo que mis pasos desdeñaba;

ya en tus manos olvido lo que recuerdo

y en tus ojos recuerdo lo que olvidaba.

Yo me siento vacío aún tú de frente

porque no llenas aromas ni en las selvas;

tu farfulla fue cualquiera, es evidente,

y si tú quieres volver, mejor no vuelvas

déjame tus recados si estoy ausente.

Ya no quiero tus asedios de manjar

si es que has pensado que volveré a sufrir;

prefiero en versos reír para llorar,

pues, no quiero llorar más para reír.

               Samuel Dixon [16/11/2021]