Él no quiso hablar del tema y el peso del silencio, fue deshojando sus sueños. Ella lo engaño y eso produjo la separación. La justicia dijo que sus hijos debían quedar con la madre y ella, dificultaba, por rencor, la posibilidad de verlos. Ese tiempo de otoño permanente, marchito su corazón. Su cuerpo, colgado de una soga al cuello, en la rama del árbol, no sorprendió a los que lo conocimos.
- Autor: yito (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de noviembre de 2021 a las 10:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez, Mauro Enrique Lopez Z.
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