Soy estudiante, imbuido en investigaciones académicas.
Cuando empecé a escribir mi primer poema
pensé en las rosas, en Dios y en las mujeres
pero, mientras la victoria es el emblema
ellas nos lanzan los mágicos poderes.
Cuando vi empecé con el segundo esquema
imaginé rimas, versos y placeres
cuya ausencia quiso forjar el fonema
y con vocales, ellas dan los saberes.
Dije: Biblia, tus letras dan la sonrisa
que abre en rimas el paraíso real,
los cantares que sortean la premisa
cierra en los cielos el convento natal.
Biblia, en tus proverbios llevo mi camisa
para ver los cantares del mineral,
berozos que odian con manera precisa
y ritmos que sueltan la unción celestial.
Zarzuela bohemia del dicho campestre
el placer ya saluda al himno glorioso
me dijo el zéjel que no tuvo semestre
que en gíreles su voz fue don poderoso.
Zarpa desdichada señaló el terrestre,
la flauta de son y el dicho tenebroso;
la forma sigila en la vida silvestre
y la esperanza, en un grito victorioso.
Samuel Dixon [19/11/2021]
- Autor: Samuel Dixon (SeudĂłnimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2021 a las 11:35
- Comentario del autor sobre el poema: Cuánto anhelo el primer dĂa que me sentĂ© a pensar y a plasmar mis primeras letras hechas poesĂa, es un recuerdo que no olvidarĂ© jamás; primeramente, odiaba la literatura, y, cuando lleguĂ© al noveno grado, mi maestra me dijo, tĂş debes de escribir, empieza y redacta unas coplas alusivas al dĂa del libro. Yo en ese momento me quedĂ© sonámbulo que no sabĂa que escribir que tanto que llegaba a mi cabeza, suspirĂ© y vi al cielo como delirando, al momento una idea llegĂł a decirme, tĂş puedes, intĂ©ntalo. Hice mis primeros cautro versos que no sabĂa todavĂa quĂ© estaba haciendo, volvĂa a inmutarme, de repente, volvĂ al cuaderno y continuĂ© el proceso, terminĂ© las coplas, pero no estaba convencido que fuera algo majestuoso cultivar la literatura. Por la tarde, comencĂ© a pensar, a pensar y a pensar, el quĂ© serĂa de mĂ volverme escritor, hasta que llegĂł una repuesta divina a mi alma, mente y corazĂłn diciendo, ya estás en el gremio de la poesĂa, adáptate y sigue adelante, el futuro te espera. Yo rápidamente pensĂ©: "Si hay cien manos que nos repudian, habrán miles que nos aplaudan".
- CategorĂa: Cuento
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: Alfredo Daniel Lopez
Comentarios1
Todos los aquĂ presentes Samuel, todos sin exenciĂłn, hemos tenido el grato sabor y el grato recuerdo del primer poema que hemos hecho. Lo importante no es llegar a una meta que uno puede soñar, como la de ser escritor y ver sus libros circular por todo el mundo, lo que considero realmente valioso y muy importante, es el camino que seguimos, esos 'primeros versos' que a diario hacemos, son ellos - los versos primeros - los que nutren nuestra alma y alimentan nuestro espĂritu... entonces uno encuentra que lo bello de escribir poesĂa, no radica en que escribimos o como escribimos, sino radica en que al escribir poesĂa emanamos sentidos y sentires que de lo más profundo de nuestro ser.
Suerte poeta y no dejes nunca de escribir.
Un abrazo desde Úbeda en España.
Asà es. Igualmente. Considero que al escribir hacemos que nuestros perciban y sientan lo mismo a la hora de leerlo. A través de la percepción logran imaginar y crear imágenes.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. RegĂstrate aquĂ o si ya estás registrad@, logueate aquĂ.