Vivo en lugares liminares,
Soy parte de códigos que exilian,
Soy sílaba de lenguajes siempre inventándose.
Estoy en ese borde que hace a las cosas
Ser un poco menos sí mismas sin llegar
A ser otra cosa vecina o paralela.
Vivo en la entereza de no ser el que fui,
Vivo en la promesa de no ser el que seré.
A mi izquierda una clase socioeconómica, una profesión,
Una historia familiar llegando a sus últimas páginas,
Un silencioso linaje de torpes coincidencias,
Una niñez con casa en la avenida y gallinero al fondo.
A mi derecha la máxima de ser lo más inútil posible,
Una miopía indolente y precavida hacia el mañana,
Las manos de otros que tomaron mi mano,
Todo el amor menos la huella que perdí para encontrarme.
Arriba de mí un globo aerostático de fantasías,
Los indigestos menesteres que sostengo,
Un filo de Damocles deshecho a medida,
La sal que me hace ser el móvil y el castigo.
Debajo de mí las benéficas fechorías que he sembrado,
Mi propio cementerio con vista al mar,
Estos pies desmemoriados que olvidaron tantas calles,
Tu cuerpo u otro cuerpo dispuesto a hacernos fuego.
Pero lo que queda en el centro son otras cosas,
Huyendo de mi absurda manía de querer
Ponerle palabras a todo;
A veces parece ser tuyo o de alguien más,
En todo caso, prestado:
Lo que hay en el centro de mí es mío
Porque es prestado, es el modo de permanecer
En estos umbrales tan incómodos
Que logro habitar- comedido y desmedido-
Como un Pancho cualquiera
A su casa.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2021 a las 14:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: El otro yo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.