Dentro de un camposanto brota un lirio
blanco impoluto, como luz de Luna;
y en la yacija gélida la rosa
vierte sobre la tumba un halo lila,
que ilumina Luzbel su fausta noche
y amanece el dolor en flor de nardo.
Envuelta en su dolor, florece el nardo,
dispuesta a la congoja su albo lirio
que refleja la mansa luz de noche
también el cementerio alumbra Luna.
Más la brillante luz del alba lila
ilumina las tumbas con luz rosa.
Adorna la yacija la fiel rosa
con un fiel cancerbero como el nardo,
que admira la postura de la lila,
con los ojos abiertos a su lirio.
¿Es dolor o delirio, dime Luna?
que alumbras los caminos de la noche.
¿Por qué envuelves la muerte negra noche?
¿Y que admira la viuda de la rosa?
bajo la primorosa luz de Luna,
tras el alba que nace, yace el nardo.
y la gentil señora trae un lirio
¡Para que el muerto tenga un sueño lila!
De claros otoñales, la flor lila,
esplende con la luna de esa noche,
y sobre su sepulcro un blanco lirio
honra la palma orlada por la rosa.
Bajo el manto verdoso de su nardo
y el cielo se deslumbra con la Luna.
Yo te ruego Señor que con tu Luna
lo dejes descansar en su edén lila,
y luego reposando junto al nardo
dejes a la estrellada y fría noche.
Con el protagonismo de esa rosa
ideal por la magia de ese lirio.
La blancura de un lirio y de la Luna,
componen un arco iris rosa y lila,
sepulcro de la noche con su nardo.
Claudio Batisti
- Autor: Claudio Batisti ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2021 a las 01:46
- Categoría: Triste
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: gonzaleja, Antonio Miguel Reyes, Lale Neda
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