Levar las anclas
traineras, perezosas,
llega el otoño.
Hacer que suenen
los remos y toletes
ahora dormidos.
Salada música
de yodo y de resacas
sin rumbo fijo.
Quiero embriagarme
del mar y del salitre
para soñar.
Sueños de niño,
en medio del otoño
ya tan cercano.
Porque la sangre
se altera con las hojas
de la arboleda.
Son esas rampas,
llamadas alamedas
que van al puerto.
Por ellas pasa
la brisa del nordeste
con sus cantares.
Aires del norte
que escapan de los versos
y las traineras.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/21
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2021 a las 07:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, .........................., Violeta
Comentarios1
Como me agrada leerte Rafael. saludos.
Me alegro de ello, Violeta.
Saludos.
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