Sigue siendo un extraño mundo,
la luna y su blanca palidez, veo
por las rendijas de las persianas
de mi lúgubre aposento
La calle me abruma, me hiere ver
esa madre exasperada por su
pecho seco y arrugado, cual breva,
pues, nada sale para su hija.
El miserable ambiente hende mi ser
hiela mi sangre, me falta valor,
no capto qué ocurre alrededor
no es humano, es el horror.
Plantaciones de mostaza, flores
amarillas, campesinos delgados
como juncos, conducen los búfalos,
¡Sigue siendo un extraño mundo!
- Autor: Leoness (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de noviembre de 2021 a las 18:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: TITANIO 333
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