En ocasiones,
las palabras no dicen nada,
solo hablan las manos.
En ocasiones contadas,
las hojas muertas de los árboles escriben
canciones sobre el surco de mi espalda desnuda,
pero…
Los ángeles no conocen ese idioma
y terminan escondiéndose
en los troncos de los árboles
de hojas muertas.
Cuando esto ocurre, me desposo
de insinuaciones eróticas
disimuladas con frases conventuales
y levito mamando en los pechos de “mis universo”.
Existen deseos de caricias visuales que ocultamos
por miedo a los espejos rotos
de nuestras conciencias.
Hace algún tiempo desperté insomne
saboreando los recuerdos de un taxi
transportándome hacia un balneario
en un hotel de tacones de agujas
y sedas transparentes.
Mi vida es hoy un nuevo reto de palabras furtivas
llenas de perfumes en el desierto de calles vacías.
Los recuerdos buscan versos en las yemas de mis dedos
con mensajes destellados de dulzura.
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Autor:
Pedro Javier Martin Pedros (
Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2021 a las 07:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Lale Neda
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