Todas las mañanas despierto
empuñando en alto una hoja en blanco,
en ella hago constar mi corazón en tinta negra
la hoja desprendida que parte en dos mi alma.
Tengo latidos arrítmicos gritando palabras,
una mueca en unos labios cuarteados y resecos,
venas que burbujean llenas de sanguijuelas
taponando mis heridas de los ecos del tiempo.
Ahora tengo que oler las flores secas
entre el polvo y el aroma de los libros olvidados,
escarbando la tierra, buscando raíces vivas,
no doy tregua a la guadaña que me acecha.
Tengo que caminar en la incómoda oscuridad
por los pasillos tristes y lóbregos del miedo,
rastreando en la mañana los rayos de luz
que iluminen mis entrañas y mis huesos.
Mantengo entreabiertas las ventanas
para que acudan las nubes de los sueños,
el aliento de la esperanza lúcida
del que bebe mi existencia.
No es lo mismo el ayer y el hoy
de una vida apedreada,
no es lo mismo cargar con la mochila
de almas eternamente atormentadas.
Esparzo granos de semillas en mi parcela
territorio de remanso y paz perecedera,
entre los brotes tiernos y vigorosos
y los frutos jugosos de grano repletos.
Nadie advierte que dejo atrás mi pasado
resurjo del barbecho abandonado
la fuerza de la sabia en primavera espero
y en primavera me convertiré en rosa
con robustas espinas que me protejan
en el resurgir de un tiempo venidero.
- Autor: TANEZ ( Offline)
- Publicado: 4 de diciembre de 2021 a las 15:29
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: TITANIO 333, alicia perez hernandez
Comentarios1
Poema lleno de existencia
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