Fígaro fue famoso peluquero. Que cortaba el pelo a los guapos de Sevilla. Qué alegría ganaba un buen dinero. Y además se hizo famoso qué maravilla. Pues Carmen era solo una cigarrera. Sí pero en Sevilla fue famosa. Sería porque fue líder de las obreras. Sí pero por esto fue tratada como diosa. Carmen tenía difícil elección. Tenía que elegir el torero o nada. Al final siguió a su corazón. El Tenorio mandó en las mujeres. Pero nunca encontró un hada. Que le permitiera lo que fuere.
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Autor:
argantonio (
Offline) - Publicado: 10 de diciembre de 2021 a las 07:05
- Comentario del autor sobre el poema: Cómo se explica que estando Sevilla tan lejos de paraísos musicales como Salburgo, Venecia o Roma haya sido el escenario de maravillosa óperas, todo se entiende porque esa ciudad gracias al Guadalquivir estaba llena de hombres de negocios alemanes, italianos o flamencos.Mis mejores saludos a los amigos del alma
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Aida ☘️💟💥💫, Mauro Enrique Lopez Z.
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Comentarios3
Un homenaje a la ópera sevillana y en particular a la Carmen, icono entre ellas. Feliz viernes. Un abrazote
Aída Modesta, fue una auténtica revolución porque por primera vez, las mujeres hacían el trabajo reservado a los hombres, era la mayor fábrica de tabacos hecha en Europa y hacia un.calor insoportable por lo que las cigarreras se quitaban la blusa o camisón, nadie podía imaginar que la fábrica sería con el tiempo la universidad hispalense que ha dado a Sevilla mujeres y hombres de gran talento.Aida Modesta ha sido un gran placer comunicarme contigo, hasta pronto
Mauro Enrique López, el tabaco y el chocolate que vinieron de América causaron un verdadera revolución en Europa porque ambos productos eran desconocidos, el chocolate era elaborado en los conventos, otro producto que al principio no gustaba por aspecto era la papa o patata pero cuando vieron que los enfermos en los hospitales pobres sanaban la papa se convirtió en un producto muy deseado, ves la importancia que América tuvo en la Europa de aquel tiempo
Mauro Enrique López aunque no fumo el chocolate me da alegría y fuerza viva el Nuevo Mundo, un placer comunicarme contigo, hasta pronto
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