Solitarios

El amado ama por cotidianidad,
En cambio, el solitario, con frecuencia, es portador del cariño más sincero, pues su origen es el más genuino.
Abraza con fuerza porque no sabe si será esa la última vez en días, semanas, meses... Años;
Te quiero, no hay un "te quiero" como el de un solitario, existe una torpeza propia de su poca familiaridad con la palabra, y una dulzura proveniente de lo poco auténtico que suena en su boca.
Para el solitario la compañía es una incertidumbre plenamente deseable,
Un terror disfrutable en pequeñas dosis,
Un pánico necesario.
Aún así es paradójicamente solitario, un solitario, aún en compañía.
Cuando la reclucion es afectiva, no hay libertad que puedan ofrecer otras personas, que fungen únicamente como duros y fríos barrotes en esa cárcel.
La próxima vez que frecuentes un solitario, míralo a los ojos, y robale genuinamente la soledad, un instante.