Hielo y fuego

Tavog3

Nos vemos, me recibes con un saludo frío que me hiela los huesos, comenzamos a hablar y en medio de las palabras me siento cómodo y tranquilo.

Luego de nuevo me frenas con una palabra de desprecio y un desaire, que me 

parte de nuevo el corazón.

La noche continua, te tomo de las manos y entrecruzo mis dedos con los tuyos, me dices que me detenga, pero tus dedos ya sudan por el contacto con los míos.

Salimos a caminar, te tomo de la mano, te quieres soltar, pero mi insistencia gana, veo un bar abierto, te propongo tomarnos un trago, no lo piensas y me sigues.

Empezamos con una copa que de un solo trago no lo tomamos, nos hace estremecer, vuelvo a insistir acariciando tus manos, el segundo ron lo tomamos con más calma.

Me dejas abrazarte, te beso la oreja lo que hace que sueltes un suspiro, bajo hasta tus pómulos y en un descuido te beso en un lado de tus labios.

Ese beso nos hizo acordar del primero que nos dimos y lo que empezó el gran amor vivido, no importo nada en ese instante, nos besamos apasionadamente, regresamos a lo vivido muchos años atrás.

Nos tomamos un tercer y cuarto trago más, el ron nos subió el deseo y la pasión, salimos de ese sitio, llegamos a tu casa, querías frenar mis impulsos, sin embargo, en ti el deseo brotaba por tus poros.

Corriste a apagar la luz de los escalones donde nos quedábamos cuando empezamos este amor, llegaste de nuevo a mis brazos, nos besamos y acariciamos, no había razón ni motivo para detenernos.

Y no aguantamos más nos amamos y tuvimos de nuevo el mejor de los sexos, donde los dos no queríamos detenernos, termine de nuevo en ti y me sentí feliz de saber que lo recibías con gusto y feliz.

No quería parar y tus senos fueron mi nuevo objetivo, mientras los besaba y chupaba, me acariciabas la cabeza, sabía que lo disfrutabas y me enloquecía saberte mía en ese instante.

Todo quedo allí, me despediste y salí de nuevo a la soledad de mi casa, pero pensando en ti y con el corazón en llamas, pero hoy al amanecer de nuevo me estrello con una amarga realidad, cuando me dices que lo vivido no debió pasar.

Vuelves a tu frialdad y congelas este corazón que en llamas estaba y aunque creas que me das ilusiones y creas que con esta actitud no me vas a hacer daño, el daño me lo he hecho yo, que soy el que te ama, te añora y te deseara por siempre.

No me estás ilusionando, la ilusión esta ya sembrada en mí, pues no importan las circunstancias, tus desprecios y la frialdad con que me tratas, la llama dentro de mi corazón seguirá ardiendo esperando darle calor a tu alma y corazón.

G3

  • Autor: Tavog3 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de enero de 2022 a las 00:45
  • Comentario del autor sobre el poema: Quiero tener de nuevo a la mujer candente que conocí.
  • Categoría: Erótico
  • Lecturas: 49
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