Me buscarás y no me encontrarás

Me dices que tengo razón, 
que estás de acuerdo y que ya no tiene caso,
afirmas que estoy en lo correcto
 y no hay mejor decisión que la que he tomado.
Intentas convencerme que me has olvidado 
y que la quieres, intentas persuadir a todo aquel 
que se acerca y pregunta por mí; 
podrás engañar al mundo, a mí, a ella, pero nunca a ti. 
Intentas herirme para sentir que has triunfado,
 te obligas a refugiarte en otras manos 
para vengarte que mis ojos ya no te miran, 
que por fin mi partida ya no tiene punto de encuentro contigo, 
que he empacado y mi destino ya no son tus brazos.
Prefieres hundirme antes de que haga justicia a lo que me hiciste,
 no te das cuenta que la mejor venganza es la que no se toca,
 la que no se obra, porque podrás pasearte frente de mí de su mano, 
y mi castigo será caerme en pedazos, 
pero el tuyo será quedarte con quien no amas,
 conformarte con alguien que se asemeje a mi presencia, 
que será parecido, pero nunca lo mismo. 
Vas a buscarme entre el baile de su boca, 
buscarás mi silueta desnuda en la alcoba, 
esa forma de saludar y el calor de nosotros al estallar,
buscarás las letras de mi nombre cuando
 pregunten por quien mueres
buscarás mis palabras en su charla, 
la risa que amas y las expectativas altas
Buscarás en su piel estas estrías que te encantan,
te morderás los labios para no recitar lo que por inercia dices al besar,
buscarás en su abdomen eso que decora al mío, 
me buscarás en su perfume,
 en su cabello, que, para tu desgracia, no es ondulado,
me buscarás en el sitio acordado 
para llegar al colegio y no me encontrarás, 
sabrás que ya he tomado rumbos distintos
 y que ya no llevan tus pasos.
Me buscarás en su cama y no, no me encontrarás,
así no funciona el olvido, 
así no funciona el amor, 
pero tú qué vas a saber de amor, 
si al percibir ausencia corres
 a los primeros brazos que te auxilian, 
al primer cuerpo que te acepta, huyes con 
quien sabes que no te diría que no,
corres con quien una vez obró mal para perjudicarme,
 te quedas con la boca que alguna vez intentó lastimarme. 
No vales lo que te lloro, no vales lo que dueles.
Ahora sé que un hombre como tú, 
merece una mujer como ella.