En el desierto
abundan los silencios
y los fantasmas.
¡Cosas de niños!,
dirían los lectores
de tus palabras!
Porque dejaste
las mismas, en tus letras
y, en un escrito.
También estaban
los ríos soñolientos
y sin principios.
La tarde ansiosa
de dulces y pasteles
y sin recreo.
Pero la tinta
tan fresca de tu pluma
quería sangre.
Y sangre fresca
que fuera hasta tus labios
primaverales.
Labios sedientos,
ansiosos de pasiones
y de inocencia.
¡Cuánta ironía,
volcaste en las cuartillas
porque me amabas!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/21
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 9 de enero de 2022 a las 09:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta, Alexandra L
Comentarios1
Eso mismo quedan en las cuartillas sueños de amor que se volcan en somníferos desiertos que da lo mismo leerlas de nuevo.
Saludos fraternos
Boni
Gracias por tu comentario, Boni.
Un saludo.
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