Mi vida, sé que tu amor murió hacia mí, que todo lo que sentías llego a su fin.
Duele el saber que para ti los momentos vividos se han borrado para siempre.
Siento una daga atravesar mi corazón, al oír que tu misma te mientes,
mientes al negar lo que fue una realidad y que sentí en todo mi cuerpo.
No hay peor tormenta, que la que se libra sin estar preparado.
Una tormenta que me desgarra y se lleva todo lo soñado.
Mi cuerpo se quiebra ante los golpes de ese temporal,
que es tu indiferencia y tu frialdad, que me cobra sin darme una oportunidad.
He dejado atrás todos los concejos que no me acercaban a ti.
Busque darle marcha a los concejos que me motivaban a luchar.
Pero en tu nueva vida no hay espacio para este despreciado ser,
el cual ya odias y has olvidado su querer.
Tú me decías que la vida es corta y el tiempo había que aprovechar.
Ahora crees que tus minutos y horas son infinitos y no me necesitas más.
Aunque mi amor sea eterno, mi tiempo no es tan largo como el tuyo,
y ojalá no sea tarde cuando decidas darme un momento.
Siempre por siempre te amaré y aunque para ti no fue nada.
En mis ojos, labios, piel y mi ser, sé que si fue una realidad y vi, percibí y sentí
tus reflejos al contacto que me dieron a entender que por esos momentos,
esos instantes fue todo para mí y volví a considerar que podría ser posible otra vez.
G3
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