Siempre a tu lado

Te quiero conmigo Paloma,
Blanca, gris o sucia rata con alas,
Te deseo conmigo,
Sin ataduras ni anclas.

Rezo por ti Paloma,
Te fuiste de tu nido a entregar un escrito,
Una petición al señor Jesucristo.
Pero tengo miedo que no vuelvas por morir de un tiro.

Sueño contigo Paloma, 
Tu nombre y tu existencia son para mí,
El milagro de niño Dios nacido:
Tus plumas suaves como tu palabra, 
Tu vuelo majestuoso como tu belleza, 
Por contemplarte me siento bendecido.

Dulce Paloma, no le temáis
A tus depredadores o a los huracanes, 
Que te arrojan ventarrones de desaire, 
sarcasmo o donaire.

Esas corrientes son para ti
Archienemigos que no combates.
Pero sabes que llegaras más lejos 
Que cualquiera de todas las aves.

Si regresas, llévame contigo.
Abrázame fuerte con tus afiladas garras, 
Que no me importa si lastimado termino
Dulce Paloma, solo llévame contigo. 

Y si te sintieras cansada, 
Como libertad del fustigo,
Suéltame, que moriré sabiendo, 
Que volé contigo.
 
Y al morir, le diré a los demonios
Que estuve en el paraíso, 
Porque un abrazo tuyo es más divino
Que el cetrero siendo occiso.

Pero si me permites permanecer a tu lado 
Durante todo el recorrido,
Seria tan feliz como el concierto
De un millón de niños, haciendo ruido.

Ahora es tu decisión amor mío, 
¿Que es lo que quieres hacer conmigo?
Dejarme esperando y olvidarte que vivo 
O concederme la oportunidad de volar contigo;

De surcar los cielos, 
Navegar los extensos fríos, 
Caer en los desiertos 
Y morir de viejitos.

Decide y que no se te haga tarde,
Porque ahora te puedo ofrecer
Como en la película del título de este poema. 
La espera que tenía Hachiko a Parker.