Hoy quiero que descanses, mariposa,
prefiero que te guardes mi pecado,
aquel que confesé, de haber amado,
por culpa del aroma de una rosa.
Recuerdo la sonrisa tan preciosa
y el labio tembloroso y delicado
pidiendo que otro labio, deseado,
robara su caricia silenciosa.
Y así me convertí en impenitente,
siguiendo a la pasión de mis sentidos,
dejando a la razón alborotada.
Un beso cambió el rumbo, de repente,
y así se aceleraron los latidos
del mar y el corazón en marejada.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/12/21
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 13 de enero de 2022 a las 08:10
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, alicia perez hernandez, Violeta
Comentarios2
Amigo poeta es un gusto leerte. Abracito.
Gracias Martha.
Abrazo.
Que hermoso soneto nos traes hoy Rafael. saludos.
Gracias sinceras Violeta.
Un saludo.
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