A quién le puede importar/
morir estrangulado, osa menor/
polo divergente de cuerpo estragado,
rosa del absoluto porvenir sin llaga.
Los lados del abismo son: cuerpo
y su peso. La atmósfera que los habilita,
es, lógicamente, superflua.
Memoricé la latitud de una mirada/
el horizonte reverbera aún de cansancio.
Como en un puño guardé mis anomalías:
las más francas y las menos. Pues bien,
conferí un poder tiránico a lo que decía.
Como en un vegetal pervivo, me nutro
y surjo de nuevo/ ave fénix que ha rodado
por las escalinatas del infierno.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 14 de enero de 2022 a las 08:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Miguel Reyes
Comentarios1
Si al final estás a salvo, bienvenido seas.
Un fuerte abrazo
Bueno, a salvo es mucho decir, pero sí, si te refieres a estar mejor. Gracias amigo Antonio por tus alentadoras palabras, un abrazo!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.