CONTRARIEDADES

Nudos flojos amarrando mis cuerdas, ahogando los gritos enmudecidos. Oídos que observan, ojos que no escuchan. Garganta profunda llena de silencio. Mano sobre mano sobre mano, sin sentir el tacto, solo sintiendo el llanto. Alpinistas descendiendo a un infierno congelado. Esquimales naufragando en las frías aguas de su tristeza, en las islas de su soledad. Aviones cómo zopilotes, detenidos en un semáforo cediendo el paso a las aves. La luz roja del semáforo sollozando la espera de aquel que la ignore, solo uno le bastaría para recuperar su sonrisa dibujada por sus labios rojos, casi tan rojos cómo su luz. Toreros con traje de vaca, llorando sangre tras las cornadas recibidas en su tauromaquia. Un sufragio efectivo reelegido cada sexenio. Un acuerdo de nula contradicción entre la paradoja y el oxímoron, y una antítesis que no se opone ni se contrapone, más bien se descompone con cada una de mis letras. Plantas que se secan al tomar su primera ducha. Rosales con espinas que dan cosquillas. Payasos muriendo de risa antes de arrojarse de un puente.

Una vez leí un poema, en sus líneas expresaba que el amor mata, ese día terminó mi amor por leer poesía y comenzó mi amor por escribirla… mi amor por la muerte.

Pero ni con todas mis poesías, ni con todas mis vulnerabilidades, ni con todas mis metáforas banales o absurdas contrariedades, he podido concretar mi búsqueda de eso que supera lo absurdo. Porque nada más absurdo y contrario que nuestra hipocresía en los párpados, en voces dulces llenas de hartazgo. Si la contrariedad más grande y eso que supera lo absurdo... son tus "te amo" y mis "también te amo".