Cocinando sin problemas,
lo que me parezca hacer,
mayonesa, caramelos,
ensaladas de papel,
postres con arroz con leche,
con ciruelas o con miel,
con canela y con amor,
todo es rico si está hecho
con querer y con pasión.
Panqueques que aprendí a hacer
con mi tía Catalina
en algún amanecer
encontrando las medidas
que todavía recuerdo
40 años después.
Tallarines, minestrones,
estofados de vacío,
niños envueltos, matambres,
cacerolas con ajíes
rellenos de algún mejunje
cubiertos de mantecoso
derretiéndose en el horno
que encontré con las recetas
que imagino deliciosas
al momento de comer,
y alguna rosca de Pascua
con juguetes escondidos
para endulzar los domingos
con huevos de chocolate
envueltos con mucho brillo.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de enero de 2022 a las 20:19
- Comentario del autor sobre el poema: Creo que en este caso escribí por escribir, descubriendo recetas de cocina nuevas que aprendo cuando reviso la internet. Hace poco me llegaron recetas al trabajo, en una computadora que nunca uso para leer recetas de cocina, no cocino en el trabajo. Y me encontré que mandaban una receta papreparar alfajores de avena con dulce de membrillo. más argentina no podía ser la receta. No solo sabían que yo busco recetas de cocina, además saben que soy argentina. Increíble.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Aida ☘️💟💥💫
Comentarios2
Me dio deseos de probar comida argentina. Muy bueno, Lucy. Un abrazote
Los argentinos son buenos para las comidas, si pudiera te la haría probar, pero por ahora no es fácil pensar cómo hacerlo en serio al través de la distancia.
Ya te escribo en un poema
algo que tenga que ver
con el arte de la gastronomía,
donde este humilde servidor
hace en el plato unas décimas,
unos sonetos, unas glosas
con triste sabor a elegías....
Saludos
*****************
Mi frugal menú prometido
Les narro y esto no es cuento
desde muy chico en la cocina,
de un prejuicio que asesina
por machista fundamento,
no fue iniciativa ni invento
de chef sin la blanca boina
en gastronomía muy andina
era tan ágil como el viento,
para preparar los alimentos
conté con un hada madrina,
mi abuela con leche y harina
fue mi guía a paso lento.
para tal avituallamiento
platos incluyendo sardina,
y diferentes proteínas
para animar el aliento,
con café para el sediento
con el alba en neblina
y para bebés gelatina
en día de sol con aumento,
no desestimo ese talento
de pudines y golosinas
de calorías y vitaminas
con tal de no andar hambriento.
Muchas gracias Hermes, tanta producción elegante y sentida, pareciera que la hacés las 24 horas del día.
Hermoso poema sobre la comida, por cierto.
Me siento honrada de tanta dedicación a mi rincón literario.
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