CRUCIFÍCAME

Gelzaros

 

Mirando hacia el techo de la habitación

intensifico y concentro mi mente

que se encontraba en estado ausente–

en busca de una chispa de excitación

 

o de alguna circunstancia de pasión

que no pueda dejarme indiferente,

al elevarme entre toda la gente

que ya se borró de mi imaginación

 

que, ahora, es pirómana de la llama

de un fuego espléndido y perturbador

para dar luz una cara que me ama

 

con más fuerza y más allá de todo amor,

y que, una vez recostada en mi cama,

me crucifique con inmenso dolor.

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