El cielo gris
con nubes soñolientas
se despertaba.
Tras la ventana
la luna recogía
su larga noche.
En un rincón
dejaba los suspiros
de las estrellas.
Guardó silencios,
secretos confesados,
en soliloquios.
También la imagen
de niños acostados
en dulces lechos.
Ojos brillantes
buscando los pastores
y Reyes Magos.
Y te acostó,
mi tierna mariposa,
con gran cuidado.
Tú conservabas
el beso de mis labios
en tus mejillas.
Y entre las alas
que alegres bostezaban,
iba mi nombre.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/21
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 29 de enero de 2022 a las 07:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, Violeta, Yamila Valenzuela
Comentarios1
Tu cielo no está tan gris Rafael . tiene luz y es propia. Saludos.
Gracias Violeta.
Saludos.
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