Hoy sentí su corazón latir y descubrí que el mío aún no ha muerto ahogado en un riachuelo
Hoy le ví sonreír y descubrí que el hambre de codicia dentro de mí ha cesado por su actitud risueña
Supuse que sería para mirarme al espejo y decir "Otra vez"
Pero no lo hice
Porque ya no es otra vez
Ni otrasveces
Otrasveces que he dicho
que el dolor es inminente
el sufrimiento inevitable
y la cura incierta
Cegada ante la ilusión de un deseo
De rosas blancas
Y nomeolvides
Coroneles que me entregan la medalla del triunfo
Con estrellas en los ojos
Y huecos en las mejillas
Corazón de cristal
Lleno de acerrin
Reemplazado por néctar sagrado
Que se entrega con cuidado
Sin despistes
ni gárgolas depresivas.
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