Te doy abril, verde y bueno; y mientras tanto,
hurgo en los minutos del viejo marzo – demasiado eterno -
desnudando las sílabas que reclamó para sí el silencio
cuando la luna – creciente- aún escondía tu rostro
tras una cascada de verbos disfrazados y perversos.
Te doy la luna, blanca y buena; como sábana de lino
y reposo de nuestros cuerpos – demasiado sedientos –
arropando las ausencias que cuelgan como lastres en el tiempo
cuando el mar – ese tan tierno - hurta tu imagen
tras su abismo incólume de sereno y de misterio.
Te doy el mar, azul y bueno; como refugio distraído,
de las horas extraviadas sin tenernos – demasiado largas –
desanudando las vallas que tras la dura ventisca aún tenemos
cuando tu sonrisa – de tus ojos a tu boca - oculta mis playas
tras la serena bruma que me envuelve con tu pelo.
Te lo doy todo, los minutos de abril, la luna, el mar y
casi el último vestigio de un mayo ensordecedor
al final bueno y nuestro, como un buen augurio
para la ronda mágica de los ciclos eternos de
otra luna y otro mar… pero por siempre nuestros.
- Autor: Ginny Figueroa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de septiembre de 2010 a las 16:20
- Categoría: Amor
- Lecturas: 131
Comentarios2
Bellos presentes...
Rocio
Sí.. eh? Gracias por tu comentario.
Muchos saludos,
Ginny
Ginny, otro gran texto. Original en su planteamiento comenzando por ese adjetivo 'bueno' que personaliza parte de los personajes que presentas: abril, luna y mar y le otorga un toque de distincion. Una poesia intima, conocida y comprendida por dos, los demas, apenas somos ojos lectores que intuyen el claroscuro intenso de ese tiempo marzoabrilmayo. El final, un renacimiento...el final que todos querriamos para los amores: la eternidad, un 'para siempre' celeste..
Un gusto visitarte.
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