En clemencia del por qué

Escuché que dijeron 

“necesitas de un respiro”,

pero lo que no saben es que 

el aire aquí, ha emigrado;

ya no me habita, no es inquilino.

Emití palabras para ser escuchada,

y recuerdo haber dicho valorar la soledad.

aun así, interrogo el desarraigo de lo solitario

como partícipe de una vana polaridad. 

En clemencia del por qué:

me encuentro, cerrando los ojos, cada madrugada

¿por qué te abrí la puerta?

¿por qué deje que entraras?

quién sabe, tal vez quise que me encontraras.

Escuche que dijeron

“el tiempo todo lo cura”,

pero lo que no saben es que

mientras más transcurre, más duele;

quema como el primer día, no cabe duda.

Emití relatos para ser comprendida, 

y solo recibí sermones de consuelo. 

de aquellos sin sentido alguno,

que me dejan vagando en desvelo.

En clemencia del por qué: 

me encuentro, a mis rodillas, abrazada

¿por qué huiste en el auge del quererte?

¿por qué volteaste hacia tu izquierda, si yo yacía del otro lado?

quién sabe, tal vez quise que me amaras.