Has sido bueno conmigo
Cuando me sentí abatido
Me susurraste al oído;
No solo estaba ciego,
También sordo
No escuché, ni vi
La grandeza de tu ser.
Mi corazón estaba lastimado
Y mi mente nublada
Aún sigue doliendo
Pero ya está adormecido este sentimiento
Ya empiezo a escucharte de nuevo.
En la niñez estoy seguro
Que te sentía muy cerca,
Quisiera jurar que no era un sueño.
Pasaron décadas en que dejé de sentirte,
Imploré tu presencia,
Decidí no sentirla
Aunque mis súplicas eran sinceras.
Pero no te olvidaste de mí
Yo abandoné tus caminos
Me embriagué en lo mundano
Te excluía de mi vida.
Pero tú, como buen padre
Has llegado a mi encuentro
Rescatándome de mi necedad
Pese a mis irreverentes deseos
Llenos de avaricia y soberbia
No has renunciado a mí
Y ahora me rescatas
Construyendo lentamente
A aquél niño inocente
Que juraba verte
Abrazándote fuertemente
Para alejar mis temores
Y más grandes miedos.
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