Te miré, a tus ojos vidriosos, al rimel cayendo lentamente sobre tus mejillas, tomaste mi cabeza, la pusiste sobre tu pecho y con gran calidez me rodeaste con tus brazos, entonces me sujetaste y dijiste tiernamente "tranquilo, ya te tengo", fue en ese momento que me quebré... llore, como un niño pequeño, como nunca antes lo había hecho, llore y llore y no dijiste nada, dejaste que fuese el silencio el que dijera todo, me dejaste saber que todo estaría bien, que estaba bien sentir dolor, estaba bien sentirme triste, estaba bien llorar.
- Autor: Pardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2022 a las 16:55
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez, WandaAngel
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.