En el frío de la noche negra
¡En mis brazos de dónde te escapas!
Dulce bien mío, tan mío…
¡Dolor de mi alma, guardo tu primera mirada
Tu primera sonrisa, tu primer beso, tus manitas
En mi rostro, que rebosaban mi alma de
¡Tanta ternura…!
Sólo para recordar que te fuiste, sin
¡Avisarle a mi alma, para irme contigo!
Te busco en mi noche negra, estiro mis manos
¿dónde estás hijo mío tan mío?
¿Qué no escuchas que grito tu nombre?
y…
¿Solo el silencio me responde?
¡Alma mía, llévame contigo!
Mis lágrimas nublan mis ojos, mis gritos
Me ahogan, siento entonces nuevamente
Tu dulce esencia, limpio mis lágrimas,
Trato de mirar en la obscuridad de la noche…
¡Dios mío, eres tú, eres tú, tan hermoso!
Tan inocente, tan puro, con tu sonrisa tan diáfana
Mi niño hermoso, escucho tu voz tan suave…
Mami, no llores, he trascendido,
ahora gozo de la luz de Cristo
¡Nuevamente me has dado la vida!
Ahora nada me duele, nada me perturba…
Déjame ir, mi dulce madre….
Recuérdame, en las flores, en los amaneceres,
En la tibieza de las tardes,
En la sonrisa de tu rostro al mirarte al espejo…
En los colibrís, porque Yo
Estaré junto a nuestro Padre santísimo
Pidiendo por ti, no busques mi cuerpo en el
Panteón, búscame en las oraciones
a María Santísima, búscame en los trinos de las aves,
ahí estaré dándote mi amor, para solo
Recordarte que nunca me fui de tu lado,
Que sigo en tu alma tan bella, hasta el momento en
¡Que comprendas que estoy en ti y tú en mí!
- Autor: Sinhue ( Offline)
- Publicado: 12 de febrero de 2022 a las 19:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Milena Barza, alicia perez hernandez
Comentarios1
¡Bello y conmovedor poema, Sinhue, me emocionó! ¡Un abrazo grande!
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