Anoche te sentí despuntar
tras las ardientes murallas
de mi habitación,
aún bruñidas por tu luz.
¡Acaso es que te quedaste merodeando
en las evasivas entregas de mi cuerpo!
Porque deslizante yo te espero,
como en todas las noches sostenidas,
quizá, por demasiadas estrellas.
Y luego la niebla agrede el último
resquicio de mi ventana.
Y tu negada lejanía rasga
este antiguo madero,
que desciende desde los contornos
feroces de mi sombra.
Pero siempre llegas:
casi un hálito de dioses,
atadura de sombras,
tendiendo este glosario cantado
inagotablemente sobre mi almohada.
- Autor: Virginia de Albán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2010 a las 15:09
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 89
Comentarios3
Candentes versos... bellos!
Rocio
Qué maravilla, Virginia!... Con qué delicadeza anuncias el encuentro o lo sugieres...! que palabras tan dulces y sensuales, discretamente exitantes y atervidas.... Me gustó mucho.... Besitos...!
Disculpe que hasta ahora veo tu comentario...
muchas gracias
Saludos
Virginia
Es tan hermoso…tu poema s que comienzo, a soñar contigo, aun sin quererlo.
Me contagias, tu espera, y tus deseos de amar.
Besitos desde España.
Muchas gracias...por tus comentarios
saludos
Virginia
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