Compatriota contemporáneo

Cristóbal Salvo

a Pedro Lemebel

Escucho hablar a un joven coterráneo
sobre su visión de estar acá en Berlín:
el-único-lugar-donde-podría-estar.
Habla de su novio en París
            aprendiz de alemán
habla de sus viajes
del ski
    del pop-kisch-open-mind-de-este-place.
Lo oigo quejarse del frío
del asunto inmobiliario en Neukölln
del complejo alemán y sus artículos
                        der die das 
del exceso de borrachos
a su alrededor.
Pienso en Pedro Lemebel.
El ácido y muerto Lemebel.
Que le diría a este muchacho
sobre las noches en el barrio Recoleta
noches de travestis-rush-vino-navajas
sobre cómo es su visión
de su lugar subcultural marginal de la homosexualidad reprimida:
antro del doble rechazo
por ser pobre
por ser maricón.
Qué le diría
del amor en esos callejones
donde gotea el semen mezclado con la sangre
y hambre
y gritos negros
que no son escuchados nunca jamás
por nadie.
Pienso
    en cómo se sentiría Lemebel acá:
¿abandonaría su lucha
su hogar con los perros pulgosos
y los ángeles negros de alitas rotas
por esta ciudad donde todo-se-puede-y-vale?
Pienso si este chico chileno
habrá leído
el manifiesto de Lemebel
en algún tiempo libre
             dentro de sus vacaciones por todos los países de Europa
o sí sabrá
que mueren homosexuales en la India
en Estados Unidos
incluso
en nuestro país.

 

Ser de una misma nación
de un mismo sexo
        o tendencia sexual
no significa 
nada.

  • Autor: Cristóbal (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de febrero de 2022 a las 21:11
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
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