Al expreso se dispuso a abordar,
y la espesa neblina ahí rebosa,
ya para mí, no habrá un mañana.
Interminable vía conduces mi vida,
lagrimas ruedan a esa marcha;
se va mi amor por siempre y mi alma se desgarra.
El vapor, en horizonte igual se esfuma,
y a mi cuerpo también, su adolorido pneuma.
En esa estación distante en pensamiento,
como la pesada maquina lejana,
se adentra el fin de mi existencia.
¿Qué haré en Estambul?
¿Qué haré sin su calor en frio?
Y el ruido de otra máquina que marcha,
en el pensar que ella se ha ido, a mi dolor machaca. Fin
Isaías González
- Autor: jesusverbo777 ( Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2022 a las 22:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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