Tengo tus besos
guardados en el alma,
celosamente.
De vez en cuando
los busco y los deseo
con un suspiro.
Besos de seda
salidos de tus labios
para los míos.
Fue en una tarde,
quizás sin darnos cuenta,
por el paseo.
De fondo el mar,
testigo y fiel notario
con la resaca.
También las olas
se unieron con su coro
angelical.
Bellas caricias
surgidas un instante
de luz y magia.
Cerré los ojos
creyendo que era un sueño,
igual que tú.
Pero bebimos
el néctar de los besos
que hoy son recuerdo.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/22
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 18 de febrero de 2022 a las 06:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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