Mirita

Kléver Eduardo Jimbo Paladines

De la nada

una lagrima recorría mi mejilla

lenta, dejando huella de su paso

se sentía su temblar en cada poro

entendía el porqué de su camino

me indicaba la razón de su origen.

 

Poco a poco fue llegando hasta mi barba

esa barba que tanto le gustaba

parecía esconderse en el maxilar

ya carecía de fuerza,

se hacia mas pequeña y se disipaba.

 

Finalmente, solo dejo una marca

una huella, un recuerdo de su paso

un tatuaje en el alma de aquel pasado

un dolor de su ausencia

y la nostalgia de la alegría que me brindaba.

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