Cosas que me pasan

Mael Lorens


AVISO DE AUSENCIA DE Mael Lorens
Si por casualidad en algún momento de tu vida te crees importante en algo, recuerda siempre que tan solo eres un Alma llevando un cadáver a cuestas.




Cosas que me pasan.

 

Ayer cogí mi moto Ducati Panigale y me fui de viaje a Paris rodando por las autopistas rozando los 300km hora y en muy poco tiempo me planté en la ciudad de la luz, y no sé me ocurrió otra cosa que entrar en un cine para ver una película en blanco y negro donde me llevé una sorpresa que me hizo entrar en shock inmediato al verme a mi mismo como protagonista de la película que estaba asistiendo.

La historia que esa película contaba era totalmente abstrata, pues yo me encontraba en un Pueblo donde el Alcalde del mismo me instó a ser protagonista de un juego cuya tradición se remontaba a dos siglos atrás, y que consistía en encontrar a una bellísima mujer que ellos habían escondido y que yo como forastero tenía que encontrar en un tiempo límite, y si lo conseguía la mujer era mia, y si no lo lograba, me pegarían un tiro, un solo tiro en la sien

Y sin venir a cuento me encontré en el medio de ese macabro juego donde no encontré ningún sentido a todo ello a no ser más que un sentido torcido.

Así que sin derecho a réplica por mi parte, de repente me vi en una calle sin salida pues había al final de la misma un gran muro de hormigón y frente a él unos soldados que sé preparaban para disparar sobre mi.

Mientras, y ha ambos lados de la calle, había pasadizos donde yo tenía que encontrar a esa bella mujer y con la angustia y miedo de toda esa locura mientras disparaban sobre mi, yo no dejaba de levantar ruinas, abrir puertas, tocando paredes pintadas de negro falsas, sortear abismos trampa, donde si me cáia moriría al instante, pero cuando los zumbidos de balas que me disparaban rozaron mis oídos llegué a pensar que mi vida estaba llegando a su fin hice un movimiento intuitivo y destapé un paño negro que cubría un rincón, hallando a la bella mujer que no era otra para mi sorpresa que la bella Rita Hayworth y que no sé porque razón me esperaba a que la descubriera porque nos amábamos con devoción desde nuestro encuentro en aquel Cabaret donde cantaba aquella maravillosa canción y al mismo tiempo se desnudaba eróticamente su preciosos brazos despojándose sin ningún pudor, su guantes largos de seda negra y su larga cabellera rizada Pelirroja sé balanceaba al mismo compás que sus deliciosas caderas, y que al final de la canción nos miramos los dos a los ojos profundamente y de inmediato nos enamoramos para siempre.

Y fue entonces cuando aparecieron tres perros uno de ellos tenía el pelo rubio que me causó un repentino amor hacia él y que se lo regalé a Rita y en ese momento sentimos juntos la felicidad completa, y cuando acabó la película encendiéndose las luces del cine y en mi salida hacia la calle todo el Mundo me reconocía como el protagonista de la película que habíamos visionado y con gran admiración hacia mi persona me aplaudían por mi gran actuación.

Saliendo a la calle avergonzado y agobiado por tanto gentío, monté en mi moto de gran cilindrada y me volví a mi tierra gozando por la carretera conduciendo mi maravillosa moto,  sintiendo entre mis piernas un motor de gran cilindrada, la Libertad plena y mi amor por el motociclismo, y fue entonces cuando me entró unas ganas locas de orinar y abriendo los ojos, me levanté de la cama y sonreí pensando que maravilla es el cerebro humano y cuantos misterios guarda, pues nos hace durante el sueño vivir mil aventuras completamente abstratas viviendo historias con una realidad singular en otras dimensiones que se esconden en nuestro subconsciente y casi siempre no somos conscientes de que vivimos dos vidas, una despiertos y otra durmiendo.

Así pues, puedo decir que nunca renunciaré a mis sueños.

 

Manuel Lorente

seudónimo

Mael Lorens

reservado el derecho

de autor Febrero 2022

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  • Autor: Mael Lorens (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de febrero de 2022 a las 22:45
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 28
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