El mundo no existía, no había una razón;
vagaban los fantasmas, sin cuerpos que habitar,
la luz no iluminaba, el sol era un carbón.
Flotando entre la nada, trataba de encontrar
la chispa creadora en tanta oscuridad,
pero era un ente abstracto, privado de operar.
No sé de dónde vino, si fue casualidad,
presencia inexplicable, desde antes y después,
tal como una hechicera, quizás una deidad.
Pensé que era ilusoria, atrajo mi interés,
no pude aproximarme, su brillo me asustó,
con toda esa hermosura, de arriba hasta los pies.
Pasando por mi lado, su vista me encontró,
sonó un fuerte estallido, de un rayo cegador,
y el mundo dio comienzo cuando ella me miró.
- Autor: Francisco Villa ( Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2022 a las 15:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Escobar, Tommy Duque, Augusto Fleid
Comentarios4
Muy buen poema, desde que comienza, hasta el final, que le quedo bien , aunque fue inesperado.
Saludos.
Recién se ilumina el mundo
cuando su pupila colisiona con nuestra pupila...
lo sabes en un segundo
que bajo ella tu vida oscila...
Me gustó, un final inesperado y acertado...
Gracias por compartir 👍👍
Maravilloso poema, amigo mío. Una manera preciosa y poética de definir el big-bang que produjo en ti esa dama estelar. Mis sinceras felicitaciones por tan magnífica obra.
Muy bueno, finamente elaborado.
Gracias.
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