Mentira.
De pronto me doy cuenta: no hay nadie.
A las tres de la mañana,
solo el silencio golpeando a los ojos
que aguardan,
solo el aire como estilete haciendo sangrar
un nombre,
y el corazón infatigable -no sé porque-
en el sitio del amor
con su niebla de ausencia y su ceniza
de olvido.
Mentira -Ada Luz- el tiempo no calma el dolor.
De pronto me doy cuenta: tu sitio es vasto
como la tierra y como el aire
te alzas cada vez que camino entre los muertos.
¿Me dirás por qué ya no podemos
caminar bajo el sol?
¿Por qué estas manos mías no pueden
cerrarse sin las tuyas?
Ahora que no se en que manos me duermo
y solo siento a la hierba rencorosa
alegrarse cada vez que la lluvia cae
como si llorara un corazón.
¿Porque ya no podremos sentarnos juntos
-bajo el sauce-
con los ojos ardiendo un deseo?
Igual, me siento bajo la sombra del árbol
-solo por ti- para verte en mi recuerdo
y oírte entre esta tempestad de silencio
que paraliza el aire.
Nada ha quedado. Solo mi inocencia.
Mentira -también ha muerto- y la soledad
es el desierto
donde nos reencontramos de nuevo
para vivir un sueño.
- Autor: Matias 01 ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2022 a las 07:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez, LORENZO ARATU
Comentarios2
Realmente duelen las ausencias...
Me han gustado tus letras.
Saludos.
Duele eso que ya no está...
Muy bonito, saludos cordiales 🙂
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