Desdenes y perdón

En un vaso de cristal
fui metiendo tu retrato,
eché mano del sustrato
cuando perdí tu señal.
Por desdenes todo igual,
el coloso quedó mudo,
aunque torné su saludo,
fue intrépida mi venganza,
son cien años de tardanza,
olvidarte yo lo dudo.

Pues al vaso agregué vino,
fui observando qué pasaba,
mientras botellas tomaba
por promesa del destino.
Todo ya era clandestino,
pero algo raro pasó,
ella un gran susto me dio
que por esconder los brazos,
el cristal se hizo pedazos
con la imagen disolviendo;
ese susto fue tremendo
como estruendos de balazos.

Por querer pronto olvidarla
ya supieron mi fracaso,
convencido estoy de paso
que la quiero sin pensarla.
Siempre voy a recordarla,
no lo vuelvo ni a intentar,
pues tendré que remediar
los enigmas que causé;
con ella siempre quedé,
me tuvo que perdonar.

De pensar solo locuras
la vida a mí me enseñó,
con la lección que ella dio,
no inventar más travesuras.
Estas son mis aventuras
cuando pienso mucho en ellas,
cuando acabo las botellas
con retratos que segregan,
pues a mis nervios se entregan
disolviendo los enigmas,
todos son mis paradigmas
que al fingirlo no lo niegan.

                 Samuel Dixon [26/02/2022]