Perdimos los versos en la noche de oscura poesía... melancolía que decían que te enamoraría, alto precio pagaría con condena fría de no escuchar tu voz en melodía, era de esperar que llegara este día... el día de un fín sin final en el final de los días...
Entre más cerca, más lejos...
Escribo hoy por las sombras amigas que me dan consejos...
Yo, yo no soy alguien, soy simplemente algo; algo efímero, algo que tuvo un fin, algo que pudo ser y nunca fue y seguramente no será... algo que no existe si no hay cobertura, ha sido duro darme cuenta que no estoy a la altura...
Estrellé mi armadura en lo oscuro del miedo, desde la rabia convertí mi ego en una pena de juego, tranqué en baúl del olvido mis lágrimas, que siempre escribí a través de mis páginas, saqué de mi cora los motivos que aún nos hacían sentir vivos, los vertían a una hoguera y prendí la cerilla para hacer fuego, después de ganar una batalla me di cuenta lo difícil que es librar una guerra y empezar desde cero...
Encontré en el dolor una senda y en mi llanto un canto que ni siquiera te imaginas, venía descalza de andar entre escombros de mi mente en ruinas, estaba convencida de alcanzar esa cumbre, dispuesta a alcanzar esa cima, antes de que todo se derrumbe, antes de verlo reducido a cenizas, nuestro amor fue tan grande, lo guardé entre palabras suicidas, me siento tan rota y no me hace fuerte para un futuro, hay seres que maldicen sus heridas, yo amo mis cicatrices lo juro... me siento protegida en mi cueva, me he acostumbrado a mi pena que con el paso del tiempo perduró, no quiero favores ni ayuda, quiero que me dejen enjaulada donde yo misma soy libre y esclava de dudas...
Viniste a reinar desde tu oscuridad, amando un dolor que todos odian, supimos rendir cuentas en Soledad, quisiste nadar hacia el fondo del mal, pero abriste tus alas por miedo al final, matándonos a diaria nuestro estado mental...
Llegaré, no sé ni cuándo, ni dónde, aunque no sepa ni cómo, por una actitud en la vida que lo era todo, solo hay preguntas que el destino responde, ya no quedan tiritas, te irritas y por mis venas ya no corre la sangre, solamente canciones rotas con melodías cosidas con hilo de alambre...
Tras conocernos no olvidaremos nunca, nuestra cara, nuestra voz, nuestros nombres, y entonces el mundo se para, pero ya no nos depara nada, tan solo un agujero profundo donde cavamos la tumba en la que permanecer juntos...
Ironía a mi NADA:
Si estás leyendo esto, no sé si será porque hemos dejado de existir, preguntabas ¿qué esperabas? Y yo simplemente grité tu nombre y respondí: NADA.
Si decidiese acabar con todo, siendo consciente de lo que me espera al otro lado, diría que tengo pánico, pero más miedo me da seguir en este mundo, mundo al que ya no sé si quiero pertenecer, porque no puedo cambiar, no debo cambiar, fui una incauta en mi estupidez, yo que pensaba que iba a encontrar mi lugar en este planeta, que yo iba a aprender, que quizá podría enseñar lo que se me da hacer bien, mantener una meta, esa que llevo buscando años y años y no he conseguido llegar, ¿qué meta?, ¿cuál?, dejé que aflorar todo lo que llevaba dentro, y ahora, ahora no me queda NADA, nunca recibí NADA, y tampoco me interesa recibir NADA a cambio, pero tampoco quiero que mi último mensaje sea algo como esto, de rabia y odio hacia el mundo, de dolor hacia mí, eso sería tan endiabladamente fácil... cuando me vaya lo haré como empecé, sola, y tampoco dejaré otro mensaje negativo, me iré con mi verdad, que es mía y nadie jamás entenderá, ni siquiera tú, mi ángel oscuro, me largaré con mi decisión, porque me he dado cuenta de que muchos, ni siquiera tienen el poder de hacer eso...
Lo que quiero decir, es que si hoy hubiera tenido más fuerzas seguramente lo hubiera intentado; muchas veces lloro cuando llueve, para que nadie se dé cuenta como caen mis lágrimas, por eso me gustan tanto los días nublados, cuando el cielo llora, mis llantos quedan tapados, plasmo mil palabras en papel, y los tiro al agua para que desemboquen en tu mar, me divertían cada uno de esos ratos, en los que esperaba noticias en el viento al llegar, pero a un solo paso del presente ya estamos convertidos en un ayer, esto ya no me genera NADA, ya no hay NADA que me divierta, y ahora ni siquiera puedo llorar, y no poder llorar duele, mata por dentro, era lo que me mantenía viva, y si esta fuera mi decisión y si hay algo que sacar positivo es eso, que siempre pude decidir, cuando apaguemos las cámaras serán los últimos recuerdos que poseamos los dos, sé lo que me espera al otro lado, no me espera NADA, y NADA es mejor que esto...
- Autor: Dreamcatcher (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2022 a las 21:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Zapalandia
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