CIEN POR CIENTO NOVENTA (100X190)

    Quiero seguir teniendo esta costumbre que me enorgullece todos los días besarte la cara entera y decirte los valiosa, bella y valiente que eres. No pudiste dejar de pensar solo en como te están jodiendo y al mismo tiempo recibiendo atenciones de todo tipo, es duro...

    Así de ambiguo sucedió, no estuvimos conscientes de quienes y que significábamos juntos, de como se fue capaz de vivir de manera tan especial e inefable en ese espacio que por momentos su escala fue incalculable, en como materializamos sueños de infinitas interpretaciones, de abrazos y caricias, de pausas a ojos cerrados, en un búnker que se fisuró y aún así no supimos ni por un segundo identificar lo que realmente éramos y no estuvimos ni cerca de consolidar.

    Es demasiado tiempo colisionando una carreta con otra, en la que se hacían reparaciones que no eran suficientes, ya ni allí en la zona neutral se llegó a tener tranquilidad correctamente, la vida es menos complicada, los amores son menos complicados, ya nadie tiene la culpa, fallamos…

    ¿Cómo mantenernos solo con la proyección exhausta de lo que pudimos ser? Sin concentrarnos en que estábamos siendo, aún sigo mirando al vacío notando en esa escala de polvo lo fugaz que se nos volvió este relato.

    Esas medidas en la que nos tomó más 53 semanas poder acurrucarnos y navegar juntos por esos espacios sin límites, de confianza que poco a poco se fueron desvaneciendo.

    Se nos puso en cuenta regresiva la ineptitud con la que nos tratábamos, la ineficiencia con la que comenzamos a vivir, somos, fuimos y seremos una imaginación veloz de un montón de ensayos que solo terminaron en error.

     Tal vez centralizarnos en ese espacio tan sangrado, solo nos mantuvo en una leve manta de fantasía, pudimos haber conquistado el mundo pero la inmadurez del adulto nos ganó, que es la peor de todas.