Susana

bonifacio



Y me la llevé a Rio
creyendo que era de Buenos Aires y era de Montevideo.

En las últimas esquinas encontramos un restaurant cuya especialidad eran los fideos las lasagnas y otras lenguas no tan muertas.

Se abrieron las puertas y entramos a donde estaba don Pedro
el que hacía el pesto y otros spaguettienredos.

Una jauría de perros ladró a lo largo del río
como en coro
muy extraño
muy emotivo.

No quiero decir su nombre ni su apellido.

La verdad es que se llamaba Susana y no usaba corpiño.

Era una verdadera mujer de asalto.

En el cuerpo a cuerpo.

Yo era su único enemigo.

  • Autor: Boni (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de marzo de 2022 a las 22:16
  • Comentario del autor sobre el poema: Me fascina García Lorca y su Casada Infiel
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 32
  • Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, alicia perez hernandez
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • alicia perez hernandez

    Y que yo me la llevé al río
    creyendo que era mozuela,
    pero tenía marido.
    Fue la noche de Santiago
    y casi por compromiso.
    Se apagaron los faroles
    y se encendieron los grillos.
    En las últimas esquinas
    toqué sus pechos dormidos,
    y se me abrieron de pronto
    como ramos de jacintos.
    El almidón de su enagua me
    sonaba en el oído,
    como una pieza de seda
    rasgada por diez cuchillos
    Sin luz de plata en sus copas
    los árboles han crecido,
    y un horizonte de perros
    ladra muy lejos del río.

    Pasadas las zarzamoras,
    los juncos y los espinos,
    bajo su mata de pelo
    hice un hoyo sobre el limo.
    Yo me quité la corbata.
    Ella se quitó el vestido.
    Yo el cinturón con revólver
    Ella sus cuatro corpiños.
    Ni nardos ni caracolas
    tienen el cutis tan fino,
    ni los cristales con luna
    relumbran con ese brillo.
    Sus muslos se me escapaban
    como peces sorprendidos,
    la mitad llenos de lumbre,
    la mitad llenos de frío.
    Aquella noche corrí
    el mejor de los caminos,
    montado en potra de nácar
    sin bridas y sin estribos.
    No quiero decir, por hombre,
    las cosas que ella me dijo.
    La luz del entendimiento
    me hace ser muy comedido.
    Sucia de besos y arena,
    yo me la lleve del río.
    Con el aire se batían las
    espadas de los lirios.

    Me porté como quien soy.
    Como un gitano legítimo.
    La regalé un costurero
    grande de raso pajizo,
    y no quise enamorarme
    porque teniendo marido
    me dijo que era mozuela
    cuando la llevaba al río.
    .............................
    No friegues! este poema era el favorito del mío marido, poema de García Lorca.... pero el tuyo te quedo de DIEZ y si que lo he disfrutado.
    Abrazos y saludos mi poeta Boni



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.