Días sin vernos, una espera eterna y al fin vas de mi mano. Caminamos enamorados por las calles de nuestra ciudad.
Al estar junto a ti lo tenía todo y mi corazón lo sabía. Teníamos planes y algo que hacer, pero queríamos más.
No queríamos estar rodeados de gente y menos del tráfico. Buscamos un lugar donde solo existiéramos los dos.
Al pasar por un barrio antiguo vimos el punto. Una casa de los mil novecientos, grande y hermosa.
Paso de vivienda a un sitio de encuentros amorosos. Sus puertas y ventanas verdes, nos invitaron a pasar.
En medio de jardines y corredores sus habitaciones. Cálidas con un aire de nostalgia y tradición.
Ya en la habitación nos besamos y acariciamos. Al parecer los dos estábamos esperando esto.
No perdimos más tiempo y nos desnudamos. Sentí que me entregaste todo y mucho más de ti.
Yo tenía guardado el mayor deseo para ti. La tarde la pasamos fundidos en caricias besos y abrazos.
Fue tanta la pasión, que se desbordaba en sudor. Ese día estoy seguro, sembré la semilla de nuestro amor.
La casa verde se convirtió en nuestro lugar de encuentro y pasión. Donde el amor y la entrega nos unió.
Por siempre quedará el hecho que todo te lo he dado, porque eres mi mayor logro y mi infinito amor.
G3
- Autor: Tavog3 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2022 a las 00:02
- Comentario del autor sobre el poema: Allí sembramos la semilla
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 21
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