En la profunda soledad
el espacio de mis manos se cierra
lo que ella toca desaparece
en la fragancia densa de la noche arañada;
se toca así mismo
conserva enlatada
del rincón de cruces.
Mejor, el encanto del jabón,
a veces
una realidad apócrifa
que calla la ausente alegría de las piedras.
No encuentro, amor leve,
el montón de puños invisibles
sólo el espacio vendido
y lo que escondes bajo la alcoba
y el retazo del nombre perdido.
Claro que estoy distante,
amor de palabras y sogas,
la cárcel del juramento,
el brindis del dinero y la envidia
triste y dolorosa;
no obligues abrir un capítulo de lucha
solo dime amor mío
en labios de abejas.
Cuando alguien libera la pasión de los ríos
y sopla aires arrugados
en noches encantadas
entonces la llave palpitante
destapa la alegría de los pueblos.
Pero una hoguera de los huesos
es presencia habitada, luna profética
el mismo espanto a los ojos deshabitados
el mismo poder hipnótico entreteniendo
camisas descocidas.
Cuando alguien libera la oruga atada
nada sucede al óleo de los ojos impresos
que no sea el texto de las faldas
o el dibujo de los goles
entre fósforos crucificados.
Las piedras monótonas actúan
las piedras regente en leyes humanas
las piedras el mismo futbol de movimientos
las piedras antítesis de las huelgas de aretes
las piedras de Walt Street hermosa adúltera
en la noche de la seda y liberados cabellos.
Las seductoras ciudades
dan luz verde a las líneas autopistas
las graves demandas de sed
la soledad del estómago
y las campanas del silencio.
Exponen la liberación del candado de los pies
que la adición de una mano sobre otra
parece la visión del amor, amigo;
de un mundo donde
la pobreza es ventana olvidada.
Un poder oculto preocupa al hoy
envuelve los latidos de la fría soledad lunar
toman el nombre de la democracia y libertad
están aquí
mártires de la economía y religión
dicen libre mercado
y sus banderas
recuerdan gotas largas de héroes
sólo es mirada del hombre al hombre.
Pero las radiografías de la babel comunicación
describen el valle de esclavitud:
austeridad,
reducción,
reprensión,
privatización;
en el abismo de las aguas
son las mismas bombas contra Hiroshima
y nada del espíritu de pan
y el susurro de la paz.
Las piedras rompiendo bolsillos
las piedras decapitando bocas inocentes
las piedras de falsas conciencias
las piedras que no conoce otras piedras
las corbatas de piedras lavando dineros.
La virtud de la libertad
desnuda el fuego vicioso del billete;
el apetito de la uva desteñida
es otro enfoque
del hambre a la hora de la cena.
El tictac del sorbo del aire calavérico
aprisa el reloj para marcar el acento del trabajo
María en apuros digita el mensaje claro
Juan el perseguido embrión de estrés
arma el expediente;
los márgenes son estrechos
la firma hecha está;
el humo encanta los retratos desfigurados
imposible que la existencia sea una paz de Luna
posible es el espacio minúsculo roto
a la cadena que se rompe como una cáscara de huevo.
Autor: José L. Condori
Lima, 11/3/22, 9:18pm
- Autor: jose l condori c ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2022 a las 23:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mía 🌻, alicia perez hernandez
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