cuando el verdadero amor se va
nada queda
se pueden llevar
el sofá, la mesa, las sillas
la cama, todas las lámparas
el arte y los adornos que utilizamos
para decorar nuestro diario vivir
nuestro tiempo durmiendo entre
las horas del reloj
nuestro pasado flotando en esos
marcos que cuelgan de las paredes
la vista desde las ventanas
hacia nuestro cielo y nuestro jardín
nuestras cosas favoritas
nuestros recuerdos de viajes
podrán borrar la memoria y
desmantelar nuestra historia
dejarán sólo marcas y manchas
de todo eso que una vez fuimos
al final
todas esas cosas son sólo
un mundo de palabras
palabras vacías
sin eco, sin luz
sin sentido
sin ti
apagarán las luces
cerrarán la puerta
pero las llaves de nuestra casa…
será la razón del por qué
la hiedra nunca dejará
de subir por las paredes
yo, con pasos lentos
con todas mis palabras a cuestas
iré a nuestro encuentro
- Autor: edwin toninho ( Offline)
- Publicado: 12 de marzo de 2022 a las 19:44
- Comentario del autor sobre el poema: Denis Thorpe era fotógrafo de The Guardian y había conocido a Lowry en varias ocasiones. Aquella mañana del 24 de febrero de 1976, Thorpe, que había oído la noticia de la muerte de Lowry, decidió pasar por The Elms y presentar sus respetos. Vio las furgonetas y los hombres que retiraban objetos de la propiedad, la gente de pie alrededor y otros haciendo listas. Evaluó rápidamente la situación y observó que nadie parecía estar documentando la escena. "En realidad estáis desmantelando la historia", dijo a los funcionarios poco después de presentarse. "¿Creen que podrían parar y dejarme entrar antes de seguir adelante?". Afortunadamente, accedieron. Thorpe entró en The Elms y se dirigió al salón. Sacó su cámara y empezó a capturar la escena. El cuadro Lytham Yachts de Lowry seguía en la sala, los retratos de sus padres, de Ann, un busto de Jacob Epstein y los viejos relojes de su madre. Había huecos en las paredes donde los hombres de la mudanza ya se habían llevado los cuadros, las marcas de los marcos dejadas hacían evidente ver dónde habían estado. Thorpe sintió una gran urgencia por tomar todas las fotografías posibles. El corazón le latía con fuerza, ya que sentía que en cualquier momento podían decirle que se detuviera y dejara que continuaran los trabajos de mudanza. Thorpe salió de la sala de estar y se situó en el vestíbulo bajo la escalera. Sus fotografías mostraban aún más relojes y la luz que parecía inundar el espacio desde arriba. Uno de los trileros de Lowry estaba posado en el poste de la escalera. A continuación, entró en el estudio de Lowry (el cuarto de trabajo, como se le conocía), donde hizo fotos de los montones y montones de cuadros que había por ahí. En el gran caballete había dos pequeños cuadros de una sola figura colocados uno al lado del otro. Parecía que eran sus últimas obras. Sobre la chimenea colgaban varios cuadros, entre ellos uno del artista de Wigan, James Lawrence Isherwood. Lowry había apoyado a muchos artistas del norte en su vida. En la repisa de la chimenea había otra escultura de la cabeza de Jacob Epstein, así como un cuadro de Ann. Thorpe subió las escaleras y entró en el dormitorio de Lowry, donde se encontró con su mayor sorpresa. Al volverse y mirar hacia arriba, vio que los dibujos de las mujeres Rossetti de Lowry estaban colgados alrededor de la cama. Mrs William Morris - c.1870, Aspecta Medusa - 1867 y Alexa Wilding - 1866, todos colocados en la pared detrás del cabecero. Otra obra de Rossetti, Reverie - 1868, cuya modelo era también la esposa de William Morris, Jane, estaba situada junto a la puerta. Lowry había admirado profundamente la obra de los prerrafaelitas y era un gran admirador de Rossetti, así como de Ford Madox Brown. Antes de salir de la casa, Thorpe fotografió los viejos macs y trilbies de Lowry y una gorra de tela que colgaban en el pequeño vestíbulo junto a la puerta principal. No se dio cuenta de que Lowry había hecho un pequeño dibujo de esa misma escena en 1965. Por Ant Cosgrove, The Northern Art Page
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.