Fuimos opuestos queriendo estar juntos; yo era el día, cálido como un café en la mañana y la árida brisa que recorría su cuerpo cada tarde, ella era la noche, la oscuridad que asechaba mi interior y el frio que recorría mis labios y congelaba mi corazón.
Yo quería ser luz en su camino, ella oscuridad en su destino, porque nunca pude ver a través de sus ojos lo que en ellos ocultaba, aunque nunca vio mi pasado, solo vio en el brillo de mi sonrisa un sincero amor que cada vez más la enamoraba.
Yo era solo un poeta que ocultaba en mis versos de amor, miles de sentimientos de tristeza y dolor, ella era una tentadora oyente, que escuchaba mis dichos y me susurraba al oído que para ella yo era el mejor.
Yo queriendo ser su luz, también era como la profundidad de los mares, porque pocas veces dejaba ver lo que hay dentro de mí, ella era como un coral joven porque siempre ocultaba algo y aun así siempre pude ver, lo bella feliz que ella es.
Yo siempre era su oposición, es decir, si ella era negro yo era blanco, ese color blanco que solo resaltaba con su dulce color negro, yo era el fuego y ella era el agua que siempre con un dulce beso apagaba esta llama que había en mi interior
- Autor: Erik (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2022 a las 09:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Aliscrist ✨, Sierdi
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