He dejado de pronto
de escribir mis versos
con las gotas de sal
que emanan del alma
y que se cuelan, esquivas
por las hendijas que claman.
He dejado de buscar en la noche
insomnios que despunten mañanas
en medio de ceniceros llenos
y de cafés con fantasmas.
He dejado de seguir las huellas
en las alfombras marcadas,
holladas de pies descalzos
que conducen a la nada,
como una senda en el bosque
que pronto termina truncada.
He dejado de mirar estrellas,
de conceder deseos cansadas;
fugaces como los años
que avejentan la piel, las ganas
y que se vuelven mochilas,
por las piedras de la vida, cargadas.
He dejado de soñar despierto,
de asistir donde antaño frecuentaba,
de hacer otoños en abriles
y primaveras en mi almohada;
he dejado de ser quien era,
más no he podido
dejar de amarla...
-. PaR
Derechos Reservados
15032022
- Autor: Par (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2022 a las 03:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Antonio Miguel Reyes, Martha patricia B, alicia perez hernandez
Comentarios2
Hermoso poema escrito con majestuosidad y buena pluma.
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias. Un honor para mi tu comentario. Muy amable
Por esconderte en la sombra jamás dejarás de amarla.
Afronta la realidad y dile lo que la amas.
Bonito versar amigo Pablo
Un abrazo
Muchas gracias mi querido Antonio.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.