Aquella linda, juventud que se enriquece
en presuntuosa y elegante bellanía,
como una flor dentro de mí, que crece
cuanto mostrar al mundo pretendía.
Si el cielo mostró así, "su angelical figura"
dónde su sonrisa dulce me aguardaba,
dónde mi alma se sentía más segura
y su mirada con tal lindeza me esperaba.
Si ausente me robáis alma y sentidos,
que harías si vos fuera mi presente,
serían como mil rayos encendidos
que se expresan desesperadamente.
¡Oh! ¡Quién mi voz gentil y dulce oyese!
entenderían de poesías y de prosas,
¿Qué hará cuando la vea? ¡Quién la viese!
sería como mil hombres llevándole rosas.
Quién presume, la belleza, del divino
que solo el cielo puede compararlo,
y soy devoto como aquel divino niño
que a su amor soy digno de admirarlo.
- Autor: Miguel Ángel Peñafiel Miranda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2022 a las 13:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, Malen Tendido
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