EL TODO

Todo está en ti:
la calle que transito a diario; el aire que me despeina; el escalón del umbral naranja de casa.

Asociado con los ceibos de la vereda, te veo aparecer entre las ramas.
Sin oírte hablar, me sorprendes en el bullicio
que los demás no entienden.

Todo está en ti:
Por tu cara corren los rieles de un vagón detenido, mientras viajo en una nube
bordeando las ventanillas.

Son del color de tus ojos los frascos de caramelos; las calesitas; las flores de miel en la acera de enfrente; los zapatos que miro al pasar por cada escaparate...

Todo está en ti:
El tiempo que no sé calcular; los minutos vueltos horas interminables; el latir de la llamada intempestiva o el pasaje de mis manos cuando colmo lo que toco de tu antiguo perfume.

Y yo, pensando que al final de la escalera
recogerás una por una estas palabras de amor o los desajustes de la ternura o
los ¿te acuerdas de esa vez?, de despedidas, 
de cosquillas en la garganta y abrazos que aún no sé soltar.

Todo está en ti:
la portería donde me hago cargo de la ausencia, o los bancos recién pintados
del parque; el hasta siempre de las golondrinas en la cerrazón del domingo...
el chaleco azul a mano por si cambia el tiempo y
un 'no importa', cuando es contrario el espacio que media entre nuestras sombras.

Todo está en ti.
En tu poesía diaria que no recibe ya mi mensajería, pero debía escribirla desde mis dedos, día a día, hasta hoy, sobre la imagen de tu rostro en los vacíos... 

Todo está en ti.

El todo, dentro de esta nada.

Yamel Murillo 

Por si fuesen las 10, por si fuese más, por si fuese antes... 

20/03/2022