**~Novela Corta - Ayer Guineo Hoy Manzana - Parte II~**

Zoraya M. Rodríguez

Y, sí, que Ana se desnudó completamente y cayó rendida sobre aquella pobre cama desnudando el alma y el corazón en un santiamén, y cayó borracha de dolores y de sufrimiento y de penas en el alma. Cuando, de repente, se fue por donde llegó el sol en el amanecer, dejando toda su angustia, su dolor y su pesar en aquella pobre cama y se dijo un avez más -“ayer guineo hoy manzana”-, y cambió una cosa por otra y se dijo hasta aquí el dolor de ese amor que no fue nunca algo que llorar y que recordarlo todo. Cuando, de repente, se vio atemorizada como sí fuera anochecer de espantos nocturnos, cuando nunca se vio tan cálida y tan vehementemente llena de calor y de sudores extraños de esa rica sensación que nos da el placer, cuando, de repente, se vio candente y llena de pasión y en la sola soledad se vio atemorizante de espantos nocturnos cuando por aquella vez se dio el frío nefasto de creer en el nuevo amor que le había llegado de aquella vez en el delirio sosegado de creer en el instante en que se dio lo más efímero en recordarlo todo, desde que llegó a la barra de aquel bar cercano donde se tomó un trago doble y quedó ebria al instante en tragar tal cosa. Cuando, de repente, se vio más cálida y llena de una sola aventura y quiso ser como el viento y tratar de volar tan lejos como ella puede y quiere volar. Y lejos de allí de ese tormento frío e inestable que le dolía en demasiada vil e irremediable dolor en su pobre alma. Y Ana se vio fría y desolada, pero, con una calentura en su cuerpo como de 100º, llevando en su delirio la fuerza en el alma, pero, en su costado un altercado frío e indeleble en querer a ese amor que fue todo para Ana, pero, que quedó en nada. Cuando en su afán de amar soslayó en una sola penumbra en una sola soledad. Si en el alma de Ana se ve calurosa y sin debilidades desde que conoció a ese nuevo hombre en la barra de ese bar cercano. Cuando en el aire socavó desde muy dentro una sola verdad en que se dedicó en fuerzas clandestinas de un sólo mal sosiego. Cuando en su alma débil y tan hábil como el supuesto amor que le dio su alma permitiendo el nefasto delirio se vio fríamente inadecuado. Cuando el tormento se vio inestable e indecentemente frío como el mismo hielo frío de un instante en que sólo se sintió como el suave delirio de caer bajo el mismo sol dando calor como la misma pasión en su cuerpo. Y se vio frío el camino y más esas sábanas donde se recostó en su habitación Ana, y se vio indeleble como el sentido adverso en su pobre alma. Cuando en el tiempo y más que eso en el ocaso de ese día muerto y en esa habitación donde se cuece el sol cada día. Si en el alma se vio como el desastre de creer en el alma viva de un desastre de una fuerza en el interior desnudando el alma en un santiamén, por delante de la verdad superflúa de querer amar bajo aquellas sábanas blancas de pobre tejido. Y se vio Ana pobre con la cabeza llena de saber y de una sabiduría innata de creer en el alma en poder abrir el deseo de saber que el instante se observa como un instante débil, inocuo y trascendental. Cuando en el aire se vio como el escaso porvenir de un incierto cielo donde cae la forma mas exacta de creer en el alma una sola verdad y tan fría como aquel calor donde se cuece el alma de calores extremos como la pasión de creer en el alma viva. Cuando en el alma se siente como el mal desenlace de creer en el cuerpo una sola calentura en saber que el mundo de Ana se vio como la suave y delicada distancia del cielo a la tierra sabiendo donde el cielo es el límite para poder alcanzar el instinto delicado en saber que su mundo se cuece de virtud y de tiempo. Cuando Ana se vio como el pasaje de ver y de sentir el delirio y tan delirante de creer en el combate de la magia en el solo corazón en que a Ana le llegó abrir al instinto de saber que su mundo y el desafío se siente como el mismo ocaso en que ella vive hoy, y se dijo una vez más, -“ayer guineo hoy manzana”-, cuando en el tiempo y en la forma de atraer en el ambigüo frío y si ella dio una sola señal en su corazón. Cuando en el trance de la vida y de su alma a cuestas de la fría verdad sintió Ana sólo el sueño de ser como el mismo calor de ser como la misma fuerza en el alma y en el corazón por tener, otra vez, un sólo amor. Cuando en el alma fría se dió como el paisaje nuevo de ser como lo inocuo de una piel en transparente color como el suave murmullo de ser como la fría verdad en que el mundo se siente como una órbita lunar atrapando a su cuerpo en una órbita lunar. Y desafortunadamente tener y haber poseído una sola señal de querer atraer el sueño pertinaz de creer en el sol a cuestas de la razón perdida y llena de una vesania en demencia en que cayó en tormento Ana por ese amor que se fue de tiempo y de ritmo. Cuando en el suburbio de toda razón creyó en ser como aquella vez en que se deleitó la euforia de creer en el combate de dar una forma y tan fría como el deleite en dar como la vez aquella en que se fue de momento hacia la insania vesania de dar con el alma una sola verdad. Y Ana lo sabe todo de que su fuerza y su cruel voluntad se derrite por una sola vez en que se cuece el alma de fríos adyacentes en que la piel se atormenta más y más. Y se dijo Ana una vez más que, -“ayer guineo hoy manzana”-, y no se dijo más, que su mundo se volcará, otra vez, de un tiempo frío en que se siente como delirio de un delirante tormento en que se siente como el pasaje de ida y sin regreso. Cuando en el albergue de su caluroso corazón se vio con una llena tentación de creer en el amor a cuestas de la verdad cuando en su afán de dar con la única solución a su débil corazón se fue de rumbo y de destiempo cuando en su tormento frío de creer en el alma a ciegas le cegó el alma y quiso ser como el paisaje de ida sin regreso cuando en el alma se atormentó una frialdad de tiempo y de ocaso vivo. Y sintiendo Ana una cruda desesperación entre su alma y su corazón en querer amarrar el alma en dar una sola sorpresa a su débil corazón se vio Ana creyendo en ese amor tan clandestino. Cuando en el alma de Ana se vio aterrorizada de espantos cuando en un segundo se vio atormentada como furia en desastre de un nuevo porvenir incierto es como desbaratar el alma en un sentido adverso en que quiere o no la misma salvación para su alma y su corazón. Cuando el alma de Ana se cansó en dar con la verdad una sola espera. Y por un solo desafío se encrudece la forma de dar con la verdad a flote y de creer en el amor clandestino de Ana y de saber que su mundo se debate en una sola sorpresa. 




Continuará…………………………………………………………………………………………     

                                 

      

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de marzo de 2022 a las 00:01
  • Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~ Sinopsis: ~ * ~ Una mujer llamada Ana, se fue un amor y llega otro amor, clandestinamente como dejando de ser una cosa por otra… Mi #4 de novelas cortas en el año 2022…Mi #92 de novelas corta hasta el año 2022…
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
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